La frase del dia

02 abril 2016

Carta a mi amigo Lagarto

Apreciado y estimado amigo Lagarto:
    Tengo que decirle que para los que vivimos en tierras cálidas la lluvia es un componente que apreciamos y disfrutamos. Por aquí la lluvia es escasa y se añora en aquellos cuya adolescencia se forjó en los arribes del Duero
    He visto su entrada en el blog y le pido que no se enfade usted con la señora del tiempo, pues  para que el frío sea agradable es necesario sufrir el calor y el bochorno de Agosto. Del mismo modo que, hay quien prefiere la lluvia al viento seco y desapacible.
    En definitiva, Sr. lagarto, sabe usted muy bien que, como dice el refrán,  "nunca llueve a gusto de todos".
    Los de la peña "El Lagarto" tuvimos las típicas comidas donde se perfilaron los planes para el verano y es muy probable que usted espiara nuestras iniciativas.
    Personalmente y, a pesar del percance de mi viaje, que usted ya sabrá porque tiene oído fino,  que será nuestro secreto, lo pasé muy bien. 
    Ya sabe usted que no sólo es el burro quién tropieza dos veces en la misma piedra, pero eso es agua pasada y volveremos a tropezar.
    En el pueblo se nota el empeño y la ilusión, no exenta de dificultades, que deja ver la nueva corporación. Sé que las arcas casi tienen telarañas pero la ilusión es capaz de lograr metas que no consigue el dinero. 
    Me gustó la exposición de coches. No me amilanó la lluvia para ver la pericia del señor que levantaba la pared y también los cortadores de troncos. Degusté los pequeños bocadillos de panceta (que ricos estaban) y saboreé el platito de arroz a la orilla de la carpa viendo caer la lluvia muy cerquita de mi cara; Igual que un funambulista porque con dos manos es imposible sostener el pan, el arroz y la bebida. Faltaron bancos o mesas para comer de forma cómoda. Circunstancia permisiva al ser la primera vez.
   Quemé mucha leña de roble y disfruté de la calma y del silencio  hasta bien entrada la madrugada. Pude contemplar en las mañanas el trajín de la cigüeña en lo alto de la torre y disfrutar de los paseos alrededor del pueblo a las puertas de la primavera. 
    He de decirle que llevé calços para sorprender a mis amigos. Ese producto de tanto arraigo en Cataluña y que casi nunca suele gustar la primera vez. Aunque los comensales, muy educados ellos, dijeron que sí era de su agrado, pero yo creo que no.
    Nos obsequiaron con moruja recién cogida del arroyo, que tan grato recuerdo tenía yo de la que en otra ocasión preparó el amigo Juan Torres. La lluvia no consiguió fastidiarnos la jornada el día del hornazo, porque estábamos a buen recaudo en una casa preciosa, amplia y acogedora, de María José y Vicente.
    Esa tarde hubo canciones, baile y buen humor. Durante la tertulia sugerí a mis amigos que me ayudaran a buscar un título para la novela que estoy escribiendo(Ya han leído un centenar de páginas). Y creo que lo están intentando. El whatsapp ya envió alguno que no queda mal.
    El regreso fue inevitable porque las obligaciones no respetan el ocio. Aún así, durante la vuelta visitamos Ávila y qué buenas estaban las patatas revolconas con torrezno en un restaurante frente a la catedral. En fin, señor Lagarto, la señora del tiempo no es una cuestión en la que yo repare mucho, pues todo tiene su encanto, sólo hay que saber apreciarlo. Un abrazo. Salva.


Es un placer






degustando los calços

Ávila
Patatas revolconas

catedral de Ávila


Bajando los excesos

cargando los excesos esta mañana.



4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Como cambian los tiempos¡ El cartero siempre venia caminando, cartera al hombro y entregando las cartas personalmente en mano. Ahora te levantas y, tal como actúan los Reyes magos ha entrado el cartero y deja una carta vía internet que, además puede leer todo el mundo.
Querido compañero de fatigas en nuestra Peña, te considero un gran observador y comunicador, pues de la lectura de tu carta se descubren detalles ocurridos durante la feria ya que uno no pudo estar presente en varios sitios al mismo tiempo.
Bien hubiera estado poder sentarse a degustar los pinchos y bebidas del mediodía, pero el desapacible tiempo acertadamente pronosticado por la televisiva señora no se prestaba a la comodidad.
Veo que a pesar de todas las inclemencias has exprimido y sacado jugo a los días de vacaciones, tanto en la estancia como en el viaje, incidentes aparte. A ver si de tu experiencia tomo buena nota, para no tropezar en la misma piedra.
Abandono mi guarida y regreso a la vida cotidiana porque el mal tiempo continúa y me expulsa de esta tranquila zona que tanto apreciamos tú y yo. No creo se prolongue mucho más esta inestabilidad atmosférica (como gusta decir a “mi amiga”) ya que estamos en abril y espero con ansia disfrutar largos días de sol antes que lleguen los extremos del verano.
En la confianza de verte pronto por aquí, recibe un abrazo

Manuel dijo...

La Feria de la Piedra con sus variadas actividades nos sacó de las casas y así pudimos saludarnos unos y otros, que si no hubiera sido por eso, las salidas del hornazo de este año, con frío y lluvia, no se prestaron para el encuentro. Pese a todo, esos días al amor de la lumbre, recordando viejos tiempos, también tienen su encanto. Además, San Lorenzo está muy cerca.
Oye Salva, si hay “calçots” avisa, que voy, para recordar aquellas salidas con compañeros que solíamos hacer cada año en estos días de inverno-primavera, por tierras tarraconenses: Valls, Comarruga, etc. y siempre con una calçotada como fondo. La próxima vez avisa; yo ya llevaré el delantal para evitar mancharme. Quedas avisao: ¡AVISA!

-Tuve suerte –dijo arrepentido – Cuando atacó la aviación pude esconderme debajo de un puente. Siempre caminábamos de noche porque el primer día veíamos cómo se movían los cañones de los barcos apuntándonos.

¿Eto qué e lo que e? ¿El trailer de tu nuevo trabajo?... ¿Está próximo su final?

-Manolo-

Anónimo dijo...

El primer comentario pertenece al Sr. Lagarto que con la premura de acusar recibo a la carta a él destinada se le olvidó firmarlo.

Anónimo dijo...

Amigo Salva.
Ya te gustaría tener en algunas ocasiones aquí el clima de Las Arribes, y en el pueblo la playa de Tarragona, sería estupendo, pero, va a ser que no.
De todas formas, para los que hemos respirado de niños el aire del nordeste salmantino, independientemente del lugar donde te encuentres, ni el tiempo que haya transcurrido, siempre lo tienes presente.
Como te dice el señor Lagarto, creo que eres un buen observador y que te será útil para el futuro como escritor.
Las fotos, como siempre, geniales.
Un abrazo. Luis